¿Qué hacer?
La gran atracción de este pueblo es el estar rodeado de cantidad de parques arqueológicos con muchas esculturas prehispánicas. La visita se divide en dos días, uno es un tour en Jeep, y el otro vas por libre, cada uno como prefiera; andando, en bici, en moto, caballo... Para los parques arqueológicos principales, te dan un pasaporte gracioso, este cuesta 25.000 pesos, lo consigues en el primero de los parques que visitas y vale para todos los demás, te van poniendo sellos en los que visitas y tiene información sobre todas las zonas.
El tour en Jeep se hace desde la mañana hasta la tarde-noche, y no me acuerdo bien del precio, se que el de nuestro hostal (hostal Diana, por cierto, muy buena persona el maestro Jorge) nos dejo más barato, no sé si 35.000 pesos o así. El caso es que en ese tour, pasas por el punto más estrecho del Río Magdalena, ese que llega hasta Santa Marta. Luego la primera parada es el Parque Arqueológico Obando, donde hay que pagar una pequeña entrada, aunque no es un sitio espectacular, menos comparándolo con los demás, quedarse fuera seguro que es peor.
Después de este sitio, fuimos al Parque Arqueológico Alto de Los Ídolos, donde nos hicieron reservar la comida antes de nada, algo más caro de lo que nos vendieron pero asequible. Mientras hacían la comida fuimos al Alto de Los Ídolos, ahí nos hicimos con nuestro pasaporte, subimos, hicimos la visita y a comer. Decir que la comida estaba exquisita.
Tras el almuerzo, fuimos al siguiente punto, el Parque Arqueológico Alto de las Piedras, no tuvimos que pagar pues ya teníamos el pasaporte, este sitio era más pequeño que el anterior, pero también muy interesante, con muchas esculturas y demás.
Bajamos y era el turno de las cascadas, primero fuimos al Salto de Bordones, te llevan a un bar-mirador y desde ahí ves esta cascada, que impresiona su altura y su color marrón. Por último, llegamos al Salto El Mortiño, otro bar-mirador, en este nos cobraran una entrada de 2.000 pesos por existir, pero luego son gente maja, nos podremos asomar a un mirador saliente para ver la cascada, y tomarnos un jugo de caña bien grande y hecho al instante que nos dejar sin habla. Por el camino hablamos con el chófer para parar en una fábrica de panela.
El segundo día, nosotros fuimos al Parque Arqueológico San Agustín en bus, y entre una zona y otra quemamos la mañana. De allí empezamos a volver andando y mientras venia el bus, comimos y después, fuimos a El Tablón y a La Chaquira. Para ir aquí cogimos un bus hasta el comienzo del camino, bajamos andando, primero a El Tablón, que está muy cerca de la entrada, y luego a La Chaquira, esta algo más lejos, pero las vistas que se aprecian desde este sitio también son una buena causa para llegar hasta aquí. Solo espero que la bajada a esta última la hayan arreglado, pues faltan unos tablones justo cuando empiezas a ver la piedra, perfecto para matarse.
A nosotros nos quedaron algunas pendientes como La Pelota o El Puratal, pero nos estaba lloviendo a ratos y estábamos cansados, así que lo dejamos para la siguiente. Para volver, salimos otra vez hasta la carretera principal, allí esperamos un bus, pero como dejo de llover empezamos a andar, tanto que llegamos hasta el pueblo antes que ningún bus, ayuda que sea todo cuesta abajo.
El tour en Jeep se hace desde la mañana hasta la tarde-noche, y no me acuerdo bien del precio, se que el de nuestro hostal (hostal Diana, por cierto, muy buena persona el maestro Jorge) nos dejo más barato, no sé si 35.000 pesos o así. El caso es que en ese tour, pasas por el punto más estrecho del Río Magdalena, ese que llega hasta Santa Marta. Luego la primera parada es el Parque Arqueológico Obando, donde hay que pagar una pequeña entrada, aunque no es un sitio espectacular, menos comparándolo con los demás, quedarse fuera seguro que es peor.
Después de este sitio, fuimos al Parque Arqueológico Alto de Los Ídolos, donde nos hicieron reservar la comida antes de nada, algo más caro de lo que nos vendieron pero asequible. Mientras hacían la comida fuimos al Alto de Los Ídolos, ahí nos hicimos con nuestro pasaporte, subimos, hicimos la visita y a comer. Decir que la comida estaba exquisita.
Tras el almuerzo, fuimos al siguiente punto, el Parque Arqueológico Alto de las Piedras, no tuvimos que pagar pues ya teníamos el pasaporte, este sitio era más pequeño que el anterior, pero también muy interesante, con muchas esculturas y demás.
Bajamos y era el turno de las cascadas, primero fuimos al Salto de Bordones, te llevan a un bar-mirador y desde ahí ves esta cascada, que impresiona su altura y su color marrón. Por último, llegamos al Salto El Mortiño, otro bar-mirador, en este nos cobraran una entrada de 2.000 pesos por existir, pero luego son gente maja, nos podremos asomar a un mirador saliente para ver la cascada, y tomarnos un jugo de caña bien grande y hecho al instante que nos dejar sin habla. Por el camino hablamos con el chófer para parar en una fábrica de panela.
El segundo día, nosotros fuimos al Parque Arqueológico San Agustín en bus, y entre una zona y otra quemamos la mañana. De allí empezamos a volver andando y mientras venia el bus, comimos y después, fuimos a El Tablón y a La Chaquira. Para ir aquí cogimos un bus hasta el comienzo del camino, bajamos andando, primero a El Tablón, que está muy cerca de la entrada, y luego a La Chaquira, esta algo más lejos, pero las vistas que se aprecian desde este sitio también son una buena causa para llegar hasta aquí. Solo espero que la bajada a esta última la hayan arreglado, pues faltan unos tablones justo cuando empiezas a ver la piedra, perfecto para matarse.
A nosotros nos quedaron algunas pendientes como La Pelota o El Puratal, pero nos estaba lloviendo a ratos y estábamos cansados, así que lo dejamos para la siguiente. Para volver, salimos otra vez hasta la carretera principal, allí esperamos un bus, pero como dejo de llover empezamos a andar, tanto que llegamos hasta el pueblo antes que ningún bus, ayuda que sea todo cuesta abajo.
¿Cómo llegar?
Nosotros partimos desde Ibagué, de ahí tuvimos que coger un bus a Neiva, de aquí otro hasta Pitalito y por último un todoterreno nos llevo hasta San Agustín.
Nuestro siguiente destino era Mocoa, para ello cogimos un todoterreno a la terminal de Pitalito, y desde aquí un bus directo a Mocoa, el que iba a ser nuestro último pueblo de Colombia.
Nuestro siguiente destino era Mocoa, para ello cogimos un todoterreno a la terminal de Pitalito, y desde aquí un bus directo a Mocoa, el que iba a ser nuestro último pueblo de Colombia.
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